miércoles, 6 de octubre de 2010

sobre la originalidad_Federico Soriano

Sobra arquitectura.
Sobra creatividad.
Sobra originalidad.
 
Si, lo que de verdad sobra es la originalidad, la marca, la forma que indica el estilo irrepetible.
 
El arte ya cayó en los brazos de la originalidad y no supo salir de ellos. Tan sólo R. Mutt logró escapar de la espiral, aunque no fuera expuesto en el salón de los independientes, y no le dejaran seguir haciendo.
Hoy lo llamamos postproducción.
La realidad está completa, repleta, llena. Aunque sea falsa.
Tampoco eso es muy importante, son nuestros ojos y nuestro cerebro los que construirán las verdades y las falsedades.
No necesitamos producir sino consumir la ya
producido.
En el panorama de la sobresaturación y la sobreconstrucción debemos a comenzar a manipular material ya producido y proteger la materia prima como lo que es, nuestro último recurso.
No debemos confundir originalidad con innovación. Proyectos
originales con proyectos personales.
No debemos pensar en novedad cuando hablamos de singularidad, o de autenticidad cuando nos referimos a personalidad.
Ser individual ya es ser peculiar.
Postproducción significa que hallemos, que halléis, un modo de insertarnos en los innumerables flujos de la producción arquitectónica.
Utilizar lo ya dado, programar lo parado.

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